7 de diciembre de 2013

Zapatero

Me encanta hablar de política, preferentemente con el codo bien apoyado en la barra del bar. Calculo que de cada diez cosas que digo nueve son sandeces y la décima no se me entiende por tener la boca llena de panchitos. Por tanto, me perdonarán si mantengo este pobre blog casto y puro, libre de tertulianadas. Esta entrada no tiene nada que ver con el que fue presidente del gobierno español entre 2004 y 2011.

El pico Zapatero es la mayor altura (2158 m) de la Sierra de la Paramera, al sur de la ciudad de Ávila. En dirección Este-Oeste, separa el Valle Amblés, por el que discurre el río Adaja antes de girar a la izquierda para encontrarse con el Duero, del valle del Alberche, que desemboca en el Tajo tras virar hacia el Sur. Lo de tener valles y cadenas montañosas en dirección transversal a todas las vías de comunicación de la provincia ha hecho maravillas para el desarrollo, vertebración, PIB per cápita y otras menudencias; los valles y montañas que falta por mencionar, o sea Gredos, el curso alto del Tormes y la Sierra de Ávila hacen lo mismo.

El mérito del Zapatero, además de no ser un volcán que sepulte a tan beata virtuosa ciudad entre vómitos de lava y cenizas, y de carecer de todo aprovechamiento económico (esquí, minería, trasgos... cualquier cosa valdría), es proporcionar a la ciudad de Ávila un skyline inconfundible, que los naturales de la ciudad recordamos en los raros momentos de añoralgias: véase la ilustración que acompaña.

El Zapatero es la montaña que queda más o menos en la vertical del cuarto torreón de la muralla, empezando a contar por la izquierda 

Como está cerca, y es sencillo subir, es un destino ideal para una excursioncita de las de pasear con mochila. Mucho mejor con tiempo fresco, que la ausencia total de sombra convierte la ruta veraniega en una penitencia.

Así que esta mañana nos metimos en el coche, recorrimos los 30 km hasta Sotalbo, pueblo bien dotado de maravillas que contemplar (el castro celta de Ulaca y el castillaco de Manqueospese, con su leyenda ñoña que omite la razón de los pleitos entre el garrulo señor feudal y sus amigos de Ávila). Dejamos el coche a la salida del pueblo, aunque si alguien se siente poco andarín puede ahorrarse unos kilómetros subiendo casi hasta el largo camino que recorre la Paramera por su vertiente Norte, entre los puertos de Menga y Navalmoral. De todas formas, es un camino agradable, así que invito a los amables lectores a que dejen su puto coche abajo y suban a pata, que es de lo que se trata.

A partir del camino Menga-Navalmoral antes citado había la nieve suficiente para tener que calzarse las polainas; no hizo falta usar crampones porque no se había formado capa de hielo. Unas raquetas habrían venido de perlas. La única parte de la ruta que requiere atención es encontrar la senda que sube al Zapatero desde el camino: los hitos de piedra son a veces difíciles de ver, aunque con la nieve basta con seguir las pisadas. Si se pierde el sendero, la ascensión se convierte en un suplicio de matorrales que pinchan, cortan y empalan, así que avisados van.

El mapa no es muy allá pero por lo menos se pueden ver los caminos recorridos. El pequeño bucle al iniciar la última parte de la subida fueron los momentos de gran risa hasta encontrar el sendero. Si alguien reclama el 'track' GPS, prometo enviárselo.

Datos medidos con el GPS:

  • Longitud de la ruta: 18 km
  • Tiempo caminando: 4h 58'
  • Tiempo parados: 2h 3'
  • Desnivel acumulado: 1050 metros



El perfil, el clásico de subir una montaña. La parte llana a mitad de la ascensión es un tramo del camino de Menga a Navalmoral.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Momento cumbre: Swarzenegger subiendo en camiseta de manga corta