25 de diciembre de 2013

Ficción universitaria

Antonio Orejudo
Un momento de descanso
Tusquets, Barcelona, 2011
241 páginas

Hace mucho tiempo, un servidor, al que nunca faltó de nada (que todo hay que decirlo), disponía de un presupuesto muy reducido para actividades recreativo-culturales tales como juergas, conciertos, discos o lecturas. La compra de cualquier libro se llevaba a cabo solamente tras un concienzudo análisis, visita al concesionario, vuelta de prueba y lectura de prensa especializada, pues las dos o tres mil pesetas suponían una dentellada apreciable al presupuesto antes mencionado; por fortuna, estaba bien aconsejado, y mis escasas adquisiciones de aquella época siguen siendo de lo mejor de mi biblioteca personal.

Una de aquellas difíciles compras fue Fabulosas narraciones por historias, la primera novela de Antonio Orejudo. Me encantó ese tratamiento irreverente de las vacas sagradas de la generación del 27, y todavía recuerdo algunos versos del poema que el protagonista declama junto a la aparición de su tío, que no es otro que José María Pereda:

Oh tú, que los trabajos abominas,
vil chicharra...

Un momento de descanso es una novela breve, muy divertida, mitad "novela de campus" (en una pequeña universidad de Missouri), mitad investigación de la vida y milagros de un catedrático español republicano represaliado después de la guerra. Dos personajes principales: el propio Antonio Orejudo, filólogo reconvertido en novelista, y Arturo Cifuentes, también filólogo y profesor de universidad; tras terminar la carrera, ambos parten a Estados Unidos, donde tomarán rumbos muy distintos....

Madrid, junio de 2013

Trama ágil, repleta de grandes momentos, como por ejemplo el encuentro de Orejudo el personaje con el manuscrito del Poema de Mío Cid (este hombre no respeta nada) o el rodaje de un vídeo porno; o el gran hallazgo de traducir literalmente breves diálogos en inglés, en este plan:
Dice ¿es hoy su cumpleaños de él o de ella?
Digo no, ello no es
También contiene sus buenas reflexiones críticas sobre la dualidad humanidades/ciencias y la dura frontera entre  el análisis y la crítica de textos literarios y la verdadera creación literaria -me encanta el pasaje que comienza con "Para mí la única diferencia entre el 'Quijote' y 'El sabio Salamanquesa' era que el primero podía encontrarse en una biblioteca y el segundo no". No es buena idea practicar lo que predican muchos académicos.

Cualquiera que conozca esa ciénaga llamada "universidad española" esperará encontrarse una crítica despiadada a tan deplorable institución, y así es, salvaje pero graciosa y con estilo. Llega a afirmar, poniéndolo en boca de un personaje, que "es imposible escribir una novela sobre la universidad española, que sea elegante y además verosímil".


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