29 de octubre de 2009

Dos semanas con el Androide

Por una vez, como uno de esos examinadores profesionales de cacharritos a los que los fabricantes envían las novedades para que escriban unas reseñas casi siempre laudatorias, no sea que se termine el cuerno de la abundancia, he tenido durante un par semanas un artefacto sin tener que pagar por él, con el propósito de mirarlo, usarlo, enseñarlo y compararlo; tanto es así, que hasta me han entrado ganas de contar aquí qué me ha parecido.

El chisme es lo que se conoce comúnmente como 'smartphone', traducción literal: "teléfono listo", en lenguaje llano "teléfono móvil grande y caro". Fabricado por HTC, aunque hay que hurgar mucho para verlo, es el que se vendía con el kit de desarrollo de aplicaciones para el sistema operativo Android, un regalo interesado de Google al mundo.

Hardware
Es un teléfono de gama alta, con todas las maravillas que se pueden esperar: HSPA, wifi, GPS, sensor magnético, acelerómetros, pantalla táctil capacitiva, cámara con autofocus (pero sin flash) y teclado completo que incluso tiene fila de números, algo que no es muy común en este tipo de terminales. Una riqueza de funciones que contrasta con la tacañería a que nos tienen acostumbrados los fabricantes de toda la vida (sí, te estoy señalando a ti, capaz de presumir de "gama renovada" con cada chorrada que añades).
El cargador es USB, y no hace falta instalar nada en el ordenador para cargar el teléfono: parece obvio, pero con otro cacharro similar tuve que buscarme drivers e instalar un monstruo como el iTunes.
Sin embargo, se nota demasiado que es un modelo no comercial del todo: la pantalla táctil es un tanto errática, y la batería dura muy poco: no solamente hay que cargarlo a diario, sino que frecuentemente no llega vivo al final de un día de trabajo. No está maduro para el uso normal, aunque me cuentan que modelos posteriores (como el HTC Hero) ya no tienen estos problemas. El Bluetooth también está a medio hacer, no permite intercambio de ficheros.

Androide mostrando su teclado y la aplicación de mapas, con la posición actual usando el GPS.

Sistema operativo
Sin duda alguna, lo mejor del teléfono. En sencillez de uso tiene poco que envidiar al iPhone, mientras que es muchísimo más abierto, siendo mucho más sencillo distribuir aplicaciones. La tienda de aplicaciones, el interfaz de usuario, la multitarea, me han parecido aspectos muy bien resueltos, pero los que más me han llamado la atención han sido el sistema unificado de notificaciones, y el mecanismo de comunicación entre procesos llamado intent, una forma muy potente de tratar las aplicaciones como componentes que se pueden llamar unas a otras.
Como única crítica, el excesivo acoplamiento con las aplicaciones web de Google, algo obvio, pues es quien ha desarrollado esta maravilla, pero nunca fue bueno depender tanto de una sola empresa. Eso sí, tener toda mi libreta de direcciones en el teléfono nada más encenderlo por primera vez y meter las credenciales de mi cuenta de Gmail, es una gozada.

La pantalla de notificaciones: llamadas perdidas, SMS, emails, tweets, etc, todos reunidos y accesibles desde el mismo lugar. La tecnología, facilitando la vida al hombre moderno (no se rían).

Aplicaciones

Dos semanas solamente bastan para rozar superficialmente la tremenda riqueza de software disponible, a través del muy bien diseñado 'Android Market'. No es necesario en absoluto conectarlo a un ordenador, se puede hacer todo desde el mismo teléfono.
Una pequeña lista de los programillas que he probado durante estos pocos días:
  • Comunicación: los típicos clientes de Facebook, Gmail, Twitter.
  • Mapas/GPS: Google Maps con posicionamiento y tracks, GPS Status con todos los datos capturados con el sensor, GPS Speed con un velocímetro muy vistoso, ideal para hacer el tonto en el bar del AVE a 280 km/h, CellFinder para encontrar las estaciones base de los alrededores.
  • Realidad aumentada: tan sólo he probado la aplicación Layar, pero esa combinación de cámara, GPS y brújula para añadir información local de una forma tan intuitiva va a cambiar muchas cosas, y Google, cómo no, se forrará, pero merecidamente.
  • Utilidades: ASTRO como gestor de archivos, TasKiller como gestor de tareas (el sistema operativo es muy bueno impidiendo cuelgues, por lo que la utilizaba solamente para evitar procesos en background puliéndose la batería), NetCounter para controlar el consumo de datos, y comprobar que se ha mantenido dentro de lo razonable: menos de 100 MB en dos semanas de uso intensivo, más otros 30 MB de la wifi de mi casa.
    Otra utilidad obligatoria en estos tiempos que corren es un gestor de contraseñas: yo uso el KeePass, que al tener una versión Android me permite exportar la misma base de datos que uso en mi Mac de casa y en el Windows del trabajo.
  • Juegos: salvo el BattleSea, desarrollado por mi amiguete Roman, no he llegado más que a instalarme un par de jueguecitos (Bonsai Blast, Abduction!) a los que no he dedicado ni cinco minutos. Prefiero mencionar las chorraditas basadas en los sensores del teléfono: el detector de metales y la brújula (sensor magnético) y el nivel de burbuja (acelerómetros) que le convierten en una verdadera caja de herramientas. En caso de necesidad, creo que es lo bastante sólido como para cascar un par de nueces. Otra curiosidad es el Barcode Scanner, un lector de códigos de barras usando la cámara del teléfono que busca el producto en Internet, permitiéndonos ver evaluaciones, críticas, etc. que haya por la web; algo muy probable en Estados Unidos, mucho menos en nuestro país. Pero todo llegará.
Androide como caja de herramientas: brújula y nivel de burbuja.

Tan contento he quedado, que he abierto el fondo de ahorro para adoptar un Androide, aunque creo que esperaré a que aparezcan más teléfonos con la versión 2.0, sobre todo el de mi fabricante favorito.
Les dejo con el vídeo de Android 2.0:

1 comentario:

Unknown dijo...

Estoy de acuerdo con todo lo que dices. Yo tengo uno de esos cacharritos y quisiera agregar un par de comentarios:

- Hay una aplicación de pago llamada Doggcatcher para descargar y escuchar podcasts. Aparte de no necesitar sincronización co un ordenador (ya que Doggcatcher los descarga directamente al teléfono) te da mucho más control sobre la forma de escucharlos que el iPhone/iPod Touch e incluso te permite definir podcasts "virtuales" que representan una carpeta de MP3 en la tarjeta SD.

- Barcode Scanner te permite tambien leer códigos QR (códigos de barras bidimensionales). Por ejemplo, los sitios que tienen catálogos o revisiones de aplicaciones para Android suelen incluir un código QR con un link para descargar la aplicación. Tambien hay ya empresas que incluyen un vCard con sus datos en las tarjetas de visita (yo trabajo en una de ellas). Finalmente, hay bookmarklets para convertir el URL de una página en un código QR para pasarlo fácilmente al teléfono.

- En cuanto a la batería, tienes razón en que es insuficiente. Yo opté por comprar una batería extendida que sí que hace al teléfono más gordo, pero me permite incluso utilizar el 3G continuamente y me dura hasta 36 horas de uso intensivo.

- Una desventaja de este modelo (que es el mismo hardware que vende Movistar, el HTC G1 ó HTC Dream) es que la salida de audio es por un puerto propietario de HTC, por lo que tienes que utilizar un adaptador para usar tus propios cascos, o bien usar el manos libres de HTC. Esto se ha corregido en los otros modelos de HTC (Hero -- de Orange -- y Magic -- de Vodafone), que usan una salida estándar.

- Android 2.0, recientemente anunciado (y que estará disponible próximamente) incluye intercambio de ficheros. De hecho si instalas una ROM distinta de la que viene por defecto (yo uso la CyanogenMod) puedes hacer intercambio de ficheros ya mismo.

Y como daro interesante, este comentario lo estoy dejando desde mi HTC Dream.