29 de marzo de 2008

Cómo saber si hace viento

Saca la cabeza por la ventana.
Si, como me ocurría hasta hace poco, vives en un bajo interior con vistas a un patio nauseabundo, aquí está la solución:
Gráfico en tiempo real de la generación de energía eólica, cortesía de Red Eléctrica de España.

(30/5: corrección - REE ha cambiado la página más eólica)

26 de marzo de 2008

Kapuscinski y la Unión Soviética

Reseña publicada originalmente el 21/3/2002 en mic-culturilla. La multitud de emails recibidos desde entonces hace aconsejable preservarlo, en este blog.

Ryszard Kapuscinski
El Imperio (Imperium Czytelnik)


Anagrama. Barcelona, 1997 (2ª edición). 352 páginas.
Primera publicación en 1993.
El periodista polaco Ryszard Kapuscinski resume en este volumen sus encuentros con un imperio que tiene muy cerca: el imperio soviético, antes llamado Rusia. Y después, también.
Entre lo
s años 1939 y 1991 lo recorre desde el sur (Termez, frontera con Afganistán) al norte (Vorkutá, círculo polar) y de oeste (Brest, frontera polaca) hasta Magadán (mar de Ojotsk, en el Pacífico). El ojo crítico de Kapuscinski hace que sea mucho más que un libro de viajes.

Ryszard Kapuscinski (1932) es un famoso periodista polaco especializado en el Tercer Mundo. Hace un tiempo leí Ébano, una colección de crónicas sobre la absoluta miseria material y moral que devora al África negra, y me produjo tal impresión que, al ver El Imperio en la biblioteca de mi barrio, no pude resistir tomarlo prestado.

Como polaco, Kapuscinski se ha visto obligado a convivir con el gigante que tienen a Oriente y que les ha dominado durante casi toda su vida; como periodista, no ha podido menos que investigar en su interior para contárselo al mundo.
El Imperio comienza con el primer encuentro que tiene el autor con la URSS, a los 7 años, cuando el Ejército Rojo ocupa su ciudad natal tras el pacto Molotov-Ribbentrop, practicando deportaciones en masa y demás muestras de amistad. Prosigue con la crónica de unos viajes realizados durante los años 60 por las repúblicas caucásicas y del Asia Central: es esta la parte más floja del libro, deteniéndose casi exclusivamente en aspectos turísticos, monumentos, arte y tradiciones populares.

A continuación, comienza lo verdaderamente bueno: un par de viajes entre los años 1989 y 1991, a lo largo y ancho del Imperio, entre cochambre, corrupción, aviones que nunca despegan... Pasa por Armenia ya prácticamente en guerra con su vecino Azerbaiyán, Georgia donde también empiezan los líos nacionalistas, el Moscú de las aberraciones estalinistas, el desierto de Aral, antes conocido como "mar de...". Todo ello descrito de forma veraz y razonable, aunque -y es de agradecer- el autor no se recata de dar sus opiniones y añadir toda la información necesaria para situar al lector en el contexto histórico.

Aunque nevado, lugar infinitamente menos nocivo que los Lager de Kolyma.
La Rioja, marzo 2003.


Sin embargo, la parte más impresionante del viaje es la que discurre por las oscuras y gélidas ciudades mineras del norte de Siberia: Vorkutá, Yakutsk, Magadán y la región de Kolyma. Regiones repletas de lagers de tiempos del Gulag abandonados, ciudades construidas sobre cadáveres: de los campos auríferos de Kolyma, en el extremo noreste de la URSS, no sobrevivía ni el 10% de los condenados. Tremendo.
Lo ya presentado, y otros capítulos que no voy a resumir aquí, basta para poder recomendar este libro a cualquiera. Agradezco especialmente el que Kapuscinski haya sabido distanciarse de su condición de polaco, eterna víctima del coloso ruso etc., así como la ausencia de fundamentalismo dogmático de ninguna clase. El estilo es sumamente claro y ameno, apoyándose en citas y relatos de testigos presenciales pero de forma ágil, sin entorpecer una lectura que fluye sin esfuerzo, pero sin descuidar un nivel intelectual exigente. Ojalá muchos de sus colegas de por aquí le tomaran como ejemplo...
A modo de epílogo, el autor formula una serie de reflexiones sobre el momento histórico en que se encuentra el Imperio, en pleno proceso de implosión y de transición hacia algo desconocido (1992-93), y expresa lo que a su juicio son los principales peligros que le acechan. Evidentemente, da en el clavo. Me gustaría posar mis garras sobre lo que sin duda ha escrito sobre Yeltsin, Chechenia y demás logros de la libertad...


24 de marzo de 2008

Ejercicios con luz

Pulsa en una imagen para aumentarla de tamaño.

Luz

Espiral en una pared blanda

Ventana

El vidrio canaliza la luz

Agua


23 de marzo de 2008

El "Ancien Régime" tras la paz de Westfalia

Esta reseña, publicada inicialmente el 8/1/2008 en mic-culturilla, inicia la recuperación de artículos hacia el blog: la gran época del Ancien Régime tras la Paz de Westfalia descrita en un tratado de historia de los de siempre, con sus batallitas.

Tim Blanning
The Pursuit Of Glory. Europe 1648-1815
(La búsqueda de la Gloria. Europa 1648-1815)


Viking, New York, 2007. 708 páginas.

Tras leer la historia del siglo XX y la trilogía de Hobsbawm sobre "el siglo XIX largo", llegó la hora de retroceder un poco más en el pasado, entrando en la época de los palacios a la moda de Versalles, las pelucas y los tapices que cuentan heroicas batallas. La lectura de una elogiosa crítica en The Economist, muy respetable publicación en asuntos culturales, llamó mi atención sobre este volumen, uno de los primeros en publicarse de la colección Penguin sobre Historia de Europa.Mi interés por la historia, las críticas positivas,la debilidad del dólar, y una buena oferta me llevaron a hacerme con un ejemplar y a dedicar unas semanas a su lectura. ¿Valió la pena? La respuesta, como de costumbre, a continuación:

Emprender la lectura de un libraco de 700 páginas es una decisión que debe estar bien fundamentada; el lector invertirá muchas horas de su escaso tiempo libre, y más vale que obtenga un buen rendimiento. Si por lo menos estuviéramos hablando de una novela, podríamos confiar en que la empatía por los personajes y el interés por sus aventuras nos hicieran más llevaderos los centenares de páginas, pero aquí lo que tenemos en las manos es un tratado de historia. Dicho de otra forma, un libro de texto. Eso sí, con personajes como el Rey Sol, Federico el Grande, Catalina de Rusia, Voltaire, Nelson y Napoleón, y más batallitas entre alianzas cambiantes que en un juego de tablero de esos de conquistar el mundo, sólo hace falta que el escritor lo cuente bien para que el lector haga un gran negocio con su tiempo. Y como una calificación Moody's cualquiera, aquí está mi reseña para minimizar el riesgo del lector, prometiendo acabar de una vez por todas con esta lamentable metáfora financiera.

El libro sigue una estructura temática, dividiéndose en cuatro grandes bloques. Para ponernos en contexto, nada mejor que unos capítulos sobre la economía y población de la época: tímidos progresos en la agricultura y en las manufacturas, impedimentos al comercio, plagas, hambrunas y demás bendiciones para mayor disfrute de la población, etc. El primer capítulo del libro, Comunicaciones, es magistral, alternando el frío análisis de la cuestión con testimonios de los desventurados viajeros de la época,adornados con todos los adjetivos necesarios. Es una tónica constante durante todo el libro, y muy de agradecer, pues lo hace muy ameno: ¿qué otra cosa se puede esperar de una época en que se puede recurrir a ingenios de la talla de Voltaire o Federico el Grande?

El segundo gran bloque está dedicado a la política: organización del estado, absolutismo -no tan absoluto-, formas de gobierno más avanzadas (Países Bajos, Reino Unido), reformas y revoluciones. Es probablemente la parte más árida del libro, que se ve compensada con el capítulo Gobernantes y sus élites, una narración brillante sobre las dinastías europeas, sus locuras, salvajadas y fracasos, desde los logros de Prusia y las animaladas de los rusos a la imbecilidad y decadencia absoluta de España... salvando a Carlos III, claro está. Contiene un buen análisis sobre las causas de la Revolución Francesa.

Roma, octubre de 2007

Posteriormente, llega el inevitable análisis sobre pensamiento,ciencia y artes, construido a partir de la tensión entre sentimiento y razón: las pasiones desenfrenadas del periodo barroco son sustituidas por la fría razón ilustrada y la estética clásica, hasta que Europa, aburrida,se lanza a la exaltación del Romanticismo. Tim Blanning no duda en defender convincentemente algunas ideas enfrentadas a las convenciones dominantes sobre este periodo histórico, como ejemplo queda el capítulo sobre la religión. A pesar de que frecuentemente se lo identifica con el panteísmo y ateísmo asociados normalmente a la Ilustración, el siglo XVIII vio un resurgimiento del interés religioso en Europa, construcción de monasterios, peregrinaciones, nuevas confesiones protestantes... que probablemente era lo que primero notaba la gran mayoría de la gente, alejada de las logias de los acaudalados y descreídos gobernantes.

La parte final del libro, hábilmente titulada Guerra y Paz, es una larga y trepidante narración sobre alianzas con acuerdos secretos, declaraciones de guerra, batallas decisivas que no resuelven nada y tratados de paz que como mucho llegaron a la categoría de 'tregua'. La mejor descripción que se puede dar de la época es: “el mundo de Barry Lyndon, cualquiera que haya visto la película sabrá a qué me refiero. Aunque a veces repite hechos ya referidos en el capítulo sobre política dinástica, gira a un enfoque más global. Primero el protagonista es el expansionismo de Luis XIV -persiguiendo esa gloire que da título al libro- a costa de los Habsburgo, siendo sustituido por el surgimiento de Prusia como potencia, para terminar con esa gran traca final que supusieron las guerras revolucionarias y las campañas de Napoleón, otro buscador de gloria y creador de viudas.

Para terminar, el autor resume el período en una conclusión doble, dejando al lector que elija: desde el punto de vista optimista -progreso material, Ilustración- frente al pesimista, tanta sangre derramada en guerras y revoluciones alivió muy poco el sufrimiento de la mayor parte de la población.

Un punto a favor de este tratado es que el autor, profesor en Cambridge, no es anglocéntrico en absoluto, dedicando más espacio a los países centrales: Austria-Hungría y ese galimatías que más tarde se convirtió en Alemania. De hecho, la parte del libro que para mí ha sido más novedosa -donde he aprendido más cosas- es el capítulo donde describe la organización política del Sacro Imperio Romano (ni sacro, ni imperio, ni romano, según el gran Voltaire).

Estoy muy satisfecho de haber leído “La búsqueda de la gloria”, libro que recomiendo a quien guste dela Historia como fuente de entretenimiento. Bien escrito, ameno sin perder rigor por ello, resulta muy útil para compararlas políticas, promesas y errores de un pasado no tan remoto con los del presente. Quizá dedica demasiada atención a la política, objeto tradicional del estudio histórico, pero no me quejo, pues las batallitas son de lo más entretenido, aunque todas las campañas del siglo tuvieron bien poca repercusión en la vida de la gente.

Por qué, a estas alturas, me pongo a escribir un blog

Tras varios años manteniendo una web personal, mic-culturilla, añadiendo artículos con una frecuencia cada vez menor, en un raro momento de introspección me pregunté si no sería conveniente cambiar el formato, para aprovechar los avances de la tan cacareada "web 2.0": facilidad para añadir artículos, posibilidad de comentarios, generación automática de RSS... Crear, y sobre todo mantener, un sitio web a mano, por muy básico que sea, pronto pasa a ser una actividad pesada y de muy poco valor añadido. Podría haber recurrido a una plataforma de gestión de contenidos al estilo de WordPress o Typepad, pero me temo que no dispongo ni del tiempo ni de las energías para montar todo lo necesario. Así que he optado por el camino fácil: blog simplón, en el servicio gratuito que tenía más a mano, con pocos elementos y restricciones mínimas.
Mi propósito es que sea una continuación lógica de mic-culturilla, con reseñas de libros, alguna exposición que valga la pena, y disecciones de aparatos cuyo destino final sea el reciclaje (rebosando optimismo).
Como un blog tiene un formato mucho menos rígido, también colaré fotos que considere afortunadas, algún ensayo de tema variado, según se me ocurra, o el típico desahogo estilo "La Renfe: esa abominación". Será un blog de baja intensidad, y procuraré que las entradas
tengan un mínimo de reflexión previa.
Durante los primeros meses copiaré los artículos de mic-culturilla que no hayan caducado del todo. Cuando consulto las estadísticas del sitio, veo que todavía reciben visitas, y de vez en cuando recibo algún email irrespetuoso que por desgracia se pudre en la intimidad de mi carpeta
de entrada: esos mismos insultos, puestos en forma de comentario, podrían hacer las delicias de todo el público.
Las ilustraciones, salvo portadas de libros, o reproducciones de obras expuestas, serán fotografías realizadas por mí y de cuyos derechos estoy dispuesto a desprenderme por un precio razonable.
Como sucedía en el sitio web que le precede, cuanto menos diga de mí, mejor. Por sus obras les conoceréis, dicen por ahí.

Mercado de Maravillas, Madrid. Febrero de 2008.

Vamos allá...